domingo, 12 de abril de 2015

REVOLUCIONES EUROPEAS

 Revoluciones Europeas.
A pesar de los esfuerzos de las naciones aliadas (Rusia, Austria, Gran Bretaña, Prusia)  por destruir los logros de la Revolución Francesa, los ideales liberales volvieron a surgir con fuerza y se presentaron nuevas oleadas revolucionarias en algunas partes de Europa; como fue el caso de los pueblos sometidos a la tutela de las grandes potencias o cuyos territorios se habían repartido en el congreso de Viena con el que se restauró el antiguo régimen. Los burgueses liberales y constitucionales se unieron para luchar contra su enemigo común: los monarcas absolutistas, la nobleza y el clero. Entre 1820 y 1848 se dieron tres nuevas revoluciones en Europa protagonizadas por la burguesía, llamadas revoluciones Burguesas o liberales. Estas revoluciones coincidieron con  crisis económicas y contaron con la participación de nuevas clases sociales, como las clases medias y los trabajadores.
En el siguiente mapa interactivo ubica los países europeos que vivieron oleadas revolucionarias:
Revoluciones europeas


La Revolución de 1820.
La primera revolución fue protagonizada por los liberales españoles. España fue uno de los países que más sufrió por la invasión napoleónica. Los reyes Carlos IV y su sucesor Fernando VII, fueron apresados por Napoleón, quien delegó a su hermano José Bonaparte como su gobernador. Entre 1808 y 1813, el pueblo español libró una guerra de independencia contra los franceses. Durante estos años,  los liberales crearon una junta provisional de gobierno, que en 1812 dotó a España de su primera constitución política e invitó a representantes de las colonias americanas a participar del nuevo gobierno. Las juntas provisionales defendían la legitimidad  de Fernando VII y anhelaban su regreso al trono. Este personaje, al término de la guerra con Francia, retornó al poder pero no colmó las expectativas de los liberales que querían una transformación  del sistema político español. Fernando VII abolió la constitución y persiguió a los partidarios de una monarquía constitucional. En 1820 cuando el rey preparaba la reconquista de las colonias americanas el general liberal Rafael Riego, se sublevó contra el rey, impidiendo la partida de los ejércitos y restableciendo la constitución de 1812. Este triunfo fue aplastado tres años después por la Santa Alianza.

La revolución de 1820 también se vivió en Grecia, donde los nacionalistas iniciaron su lucha de independencia contra el imperio turco-otomano. Como este imperio era  enemigo de las potencias restauradoras, Gran Bretaña, Rusia y Francia si apoyaron las causa de los nacionalistas para debilitarlo. Grecia consiguió su emancipación en 1829.
La Revolución de 1830.
Sucedió en Francia, la restitución de los monarcas absolutistas Borbones a partir de 1814, había ocurrido con moderación. Luis XVIII, que gobernó hasta 1824, admitió una cámara de Diputados que sesionó  hasta 1815 y aprobó una constitución que abolió la servidumbre y los privilegios de la nobleza y conservó el régimen  napoleónico de impuestos. Luis XVIII favoreció el desarrollo de la industria, apoyó al comercio, pacificó a la sociedad y reactivó la vida artística  e intelectual. Este rey fue sucedido por su hermano Carlos X, para esta fecha los liberales se habían constituidos nuevamente en la mayoría en la cámara  de Diputados y comenzaron a pedir mayores libertades políticas y económicas, por la importancia que la industria y el comercio habían dado a la burguesía. El rey disolvió este organismo e impartió leyes para reprimir  las libertades de expresión y modificar el sistema de votación, para impedir la participación liberal. La burguesía financiera, industrial y comerciante se unió a la clase media para derribar a la monarquía absolutista. En Julio de 1830, cientos de manifestantes salieron a protestar  y en tres días lograron que abdicara el rey. Los revolucionarios entregaron el poder el Luis Felipe de Orleans, quien gobernó hasta 1848 bajo una monarquía constitucional y parlamentaria y estableció  el sufragio censitario (solo pueden votar los ciudadanos con propiedades). Así los liberales lograron sus objetivos políticos.
Los obreros industriales y otras clases menos favorecidas, que no tenían bienes no podían votar, ellos organizaron revueltas, pero como los burgueses ya habían conseguido sus objetivos no se preocuparon.
La propagación de la revolución: Lo ocurrido en Paris sirvió de estimulo para otros lugares de Europa, como fue el caso de Gran Bretaña. Allí los empresarios industriales de clase media exigieron representantes en la Cámara de los Comunes (Un ala del Parlamento), el gobierno aceptó la reclamación y modificó además, el sistema de elección del Primer ministro, el cual a partir de 1832 fue elegido por los miembros de esta Cámara.
En territorio polaco, que se encontraba dominado por Rusia, Austria y Prusia, los nacionalistas encabezaron levantamientos independentistas y hasta crearon en Varsovia  un gobierno autónomo provisional, pero fueron sometidos por los rusos.
Los belgas, que habían sido obligados a unirse a los holandeses por disposición del Congreso de Viena, lograron independizarse y fundaron en 1831 su propio estado bajo el gobierno del rey Leopoldo de Sajonia.
En Alemania e Italia, la revolución de 1830 tuvo dos causas: El deseo de tener reformas liberales y la búsqueda de la unidad nacional.
La Revolución de 1848.
Esta revolución europea contó con la participación mayoritaria de otros grupos sociales, como la clase obrera. Su causa inmediata fue una grave crisis provocada por las malas cosechas y  una depresión de la producción industrial que causó hambre y desempleo. El foco revolucionario fue nuevamente Francia porque la clase media, los intelectuales y los trabajadores querían la introducción del sufragio universal (derecho a votar sin condiciones) lo que significaba establecer un tipo de gobierno donde todos fuesen iguales. El 21 de febrero de 1848 una muchedumbre de obreros, estudiantes y miembros de las clases medias, se tomó las calles de parís y ante la renuncia del rey Luis Felipe de Orleans proclamaron la segunda República y crearon un gobierno provisional con dos representantes de la clase obrera y se estableció el sufragio universal. Los trabajadores querían más que el voto universal, reformas sociales que aliviaran sus condiciones de vida y les dieran seguridad laboral. La clase media recelosa se unió con la alta burguesía en contra de los obreros. En la asamblea constituyente no fueron tenidos en cuenta y quienes protestaron fueron reprimidos.
Esta revolución se propagó a Italia, Austria y Alemania en movimientos súbitos que los gobernantes no supieron en un principio  como combatirlos. A nivel general las revoluciones de 1848 fracasaron porque las clases, no querían excluir a las clases altas sino un gobierno monárquico constitucional; las clases bajas, principalmente los trabajadores de las industrias, deseaban abolir por completo a las monarquías y que se establecieran repúblicas democráticas sensibles a sus reclamos. La violencia y las muertes que las caracterizaron también contribuyeron a su falta de éxito, así como el poder militar de los antiguos gobernantes, que ayudó a someter a los revolucionarios.
Actividad:
1.     Elabora en una hoja de block un cuadro comparativo de las revoluciones de 1820, 1830 y 1848, teniendo en cuenta: año,  lugares  en que se dio, principales causas y resultados.

Revolución de 1820
Revolución de 1830
Revolución de 1848
Lugares en que se dio



causas




Resultados






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